La solución para el problema económico de Venezuela pasa por la creación de una nueva moneda, el bolívar oro, a la par del dólar, es decir, por cada bolívar un dólar; revaluar en vez de devaluar.
Esa nueva moneda debe sustentarse en el incremento de las reservas
en dólares y en oro porque Venezuela tiene reservas reales y
potenciales de ambos.
El bolívar fuerte ha perdido su
capacidad adquisitiva en estos dos años y por eso la salida es crear una
nueva moneda, combatir la inflación y la especulación e incentivar la
producción nacional.
Quienes plantean la devaluación
oficial de la moneda le hacen un inmenso daño al país. No se puede negar
que existe una realidad en la que la cotización del dólar está
alcanzando niveles insólitos, pero la solución no es devaluar el ya
devaluado bolívar fuerte.
No existen razones para
devaluar porque la emisión de dinero es un acto de soberanía de los
estados. Ningún país ni ningún organismo internacional pueden prohibir a
Venezuela ni a ningún otro país emitir su propio dinero.
De
manera que para satisfacer las necesidades internas del país, el estado
puede emitir todo el dinero que necesita sin limitaciones. Cuando usted
va a pagar una obra pública o el salario de los trabajadores lo hace en
bolívares, no lo hace en dólares; en consecuencia, no necesita dólares
para realizar estos pagos.
Usted necesita
dólares sólo cuando va a comprar algo en el exterior. Eso es otra cosa.
Si usted no tiene los dólares la situación cambia y tiene dos
alternativas: producir más dólares o pedirlos prestados a un banco
extranjero.
Venezuela produce muchos dólares porque vende un producto de alta demanda internacional: el petróleo; de manera que sólo tiene que administrar debidamente ese ingreso en dólares y endeudarse lo menos posible.
Venezuela produce muchos dólares porque vende un producto de alta demanda internacional: el petróleo; de manera que sólo tiene que administrar debidamente ese ingreso en dólares y endeudarse lo menos posible.
El problema es cómo se reparten esos
dólares en la economía: el estado debe garantizar dólares sólo para
actividades esenciales propias del Estado. El Estado no tiene por qué
darles dólares a los particulares. Este servicio debe ser prestado por
la banca privada.
Es decir, se debe permitir a
la banca vender libremente dólares en el mercado, pero la cotización
oficial debe ser a un bolívar por dólar. Países con economías menos
fuertes que Venezuela lo han logrado y mantienen la inflación bajo
control.
El otro aspecto vital es incentivar la
producción nacional para depender lo menos posible de las importaciones;
esto es perfectamente posible y se traduciría en un gran ahorro de
divisas.
Pero faltaría algo esencial: controlar la
inflación y la especulación. Esto también es posible a través de una
política de concertación con el sector privado de la economía pero
también de control estricto sobre los precios de los bienes y servicios y
las tasas de interés.
Algunos expertos plantean la
devaluación de buena fe porque piensan que no hay otra salida. Creen que
esta es la única forma que tiene el Estado para financiar sus nuevas
necesidades de dinero.
Pero otros lo hacen
para satisfacer ambiciones personales o de grupo, porque de esa manera
incrementan su fortuna en bolívares. Pero esto, al final, es un engaño,
porque ciertamente incrementan en una primera etapa su fortuna, pero a
mediano y largo plazo todo lo que ganan lo pierden porque la inflación
también los afecta a ellos.
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